Se trata de una misa preparada por jóvenes profesionales y universitarios y dirigida al público juvenil. Es una misa un poco más larga de lo habitual. Y aunque parezca mentira es justamente lo que convoca a los jóvenes que vienen cada semana a participar de esta celebración. A los franceses les gusta utilizar siglas para identificar todo tipo de cosas, desde instituciones, actividades hasta grupos. Y este caso no podía ser una excepción. Para todos aquellos que vienen a menudo identifican esta misa como “La MT”: “La Misa que toma su tiempo”.
Pero de qué se trata esta misa y qué significa eso de que se toma su tiempo? Hace 10 años un grupo de jesuitas decidió seguir los consejos del Cardenal Martini quien instauró un grupo de “Escucha de la Palabra” en Milán. Estos jesuitas franceses exportaron la idea y la juntaron a la celebración de la Eucaristía. Al principio era solo un pequeño grupo de personas el que participaba, pero con el tiempo la cantidad ha crecido. Cada domingo la iglesia acoge entre 280 y 300 personas.
La liturgia de la palabra tiene algunas variantes. El texto del Evangelio es leído dos veces. Una primera vez por una persona de la Asamblea, después de lo cual el sacerdote que preside la Eucaristía dice su homilía a la manera de “puntos” que ayuden a entrar en la oración. Luego viene el momento de la proclamación del Evangelio. Todo el mundo se pone de pie y se acerca al ambón para escuchar el Evangelio. La idea de esta doble lectura es ayudar a la gente a profundizar e interiorizar la palabra de Dios
En el momento del ofertorio todos vienen alrededor del altar. Después de la distribución de la comunión, el joven jesuita que da la bienvenida en la entrada de la iglesia, se acerca al micrófono para dar los avisos parroquiales, la tradición marca que debe hacerlo con un poco de humor y termina siempre este espacio con una invitación a pasar al salón parroquial para compartir algo de comer y beber en comunidad. Los asistentes, jóvenes universitarios y profesionales, participan de este espacio con entusiasmo y alegría. En una sociedad que se autoproclama radicalmente laica y poco cálida con aquellos que se identifican como creyentes, la MT es un espacio de encuentro, de hospitalidad, de relación consigo mismo, con Dios y con los demás.
Víctor Hugo Miranda, S.J.
Fotos: Mélanie Frey
Misa Jesuitas Iglesia Actualidad
2 comentarios:
Queridos amigos:
Gracias por compartir esto. Me hicieron recordar liturgias tan alentadoras y participativas como aquellas en que participé en la Universidad Loyola de Chicago, en los 90, en el mismo ambiente universitario.
Ojalá se pudiese hacer algo así, en Lima. Seguro que podría reconfortar y alentar la vuelta a la misa de muchas personas que han dejado de ir por la aridez con que se lleva la liturgia comunmente...
Saludos
Fernando Bolaños
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Excelente,
Hace mucho tiempo que he trabajado catequesis con jóvenes, y es muy cierto, los jóvenes cuando ven que vale la pena, por más que se alargue la celebración, les gusta, porque le encuentran un sentido y se identifican con ella.
Gracias y bendiciones
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